Crónicas Destinos

Señor Pertuz, queremos conocer el jobo

Por: Eduardo Pertuz.

Me dijeron mis amiguitos exploradores Martín y Mariana… no se diga más, así será. 

Para comenzar, empecé explicándoles que el “jobo” es un árbol conocido científicamente como *spondias mombis*, familia del marañón, típico de América Tropical. No se cultiva por lo delicada que es su piel y porque se daña al poco tiempo de caer al suelo; de hecho, la única forma de probarlo es debajo del árbol. Que yo sepa es una de las pocas especies frutales que por su fragancia puede distinguirse a la distancia. Además de extenderse como una alfombra amarilla con sus frutos sobre el suelo, es de sabor cítrico y tiene alto contenido de vitamina C.

Todavía me pregunto: ¿por qué elegí explorar un árbol que se encuentra a tantos kilómetros de distancia, en el cabo de Punta Canoa? Armé una comisión de seis todoterrenos, dispuestos todos a emprender su búsqueda. Atravesando lodazales, lomas, charcos y rocas, llegamos al anhelado “árbol del jobo,” mis pupilos exploradores llenaron sus mochilas, mientras nos deleitábamos con tan exótico fruto. Ya saciados de ese banquete frutal, la aventura 4×4 continuó hacia una montaña anónima que bautizamos como “Los Amigos”, con una altura de 162 metros (curiosa formación que parece una montaña partida a lo largo). Me la imagino en épocas eónicas, emergiendo de las profundidades del mar en formación; puedes apreciarla pasando la curva de Arroyo de Piedra, carretera que conduce hacia Barranquilla sobre la Vía al mar, justo a donde queda la antena de comunicaciones. Una vista increíblemente hermosa en ese recorrido por las carreteras de la costa. Hicimos buen uso de nuestras lupas, brochas y palitas, para desenterrar fósiles y observar a plenitud hongos, arañas y mariposas. 

Para cerrar con broche de oro este domingo, nos fuimos “reventando” monte hasta las playas que encontramos en frente de la montaña “Los Amigos”, un tranquilo y solitario mar, con un Eco-Hotel cercano y con el sol ya casi en su ocaso, una suave brisa y la emoción de la aventura vivida. No quedó otra alternativa sino adentrarnos al agua con los “calzones puestos” y zambullirnos en un refrescante baño, que no hemos de olvidar jamás.

P.D: Como buen costeño, seguro habrás escuchado la frase: se formó un “barre jobo”, es como decir, que se formó un “arroz con mango”, para describir una situación difícil, o sea, es el “mismísimo mierdero” con distinta fruta. 

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