El Canciller de Petro
Son muchos los retos que asumirá Gustavo Petro desde el 7 de agosto cuando asuma como el primer mandatario de la Naciòn, recibe un país dividido literalmente en dos, sin quererlo, asume los cientos de inconvenientes problemas que deja el saliente gobierno de Iván Duque, junto con los pocos logros que cosechó a lo largo de estos cuatro convulsionados años.
Nombrar un gabinete ministerial con prontitud brindará tranquilidad para muchos de los sectores que no creen en su plan de gobierno, dar los nombres de las personas que lo acompañarán y asumirán las distintas carteras del país debe hacerse con rapidez, pero también con serenidad y cálculo.
Bien dicen que nadie gobierna sin sus amigos, muestra de ello los varios gobiernos que Colombia ha tenido y este último en particular. Pero para Gustavo Petro, esto marcará el primer paso en la dirección que ha dibujado por un cambio. Es por ello que los nombres de muchos economistas celebres e importantes resuenan para el ministerio de hacienda, el primer ministerio que ha de definir para tranquilizar al pueblo, no solo porque sepa manejar la chequera del país como lo dice el ingeniero Rodolfo Hernández, sino porque a quien ponga allí, dará tranquilidad al sector financiero, bancario, inversionista y privado. Una decisión que marcará la ruta económica del país y que permitirá demostrar a sus detractores que solo fueron andanadas de críticas frente a su propuesta económica.
En mi concepto, el segundo ministerio que Gustavo Petro deberá decidir con cautela será el de Relaciones Exteriores. Por un lado, siempre ha criticado que la Cancillería sea un botín político para el gobernante de turno (bueno ahora deberá decidir si ello continua o no de esa forma); del otro, la Cancillería, como él bien lo sabe, es la puerta de entrada de Colombia al mundo, a la inversión, a la confianza, a la globalización. Su mensaje al presidente Biden en su discurso de victoria, nos avizora la importancia que tendrá para la región, para el hemisferio y el mundo entero, designar a un canciller que no llegue a aprender el oficio, que sepa lo que hace, pero más aún, que sea conocido en la comunidad internacional y tenga experiencia.
Para ello, hay muchas opciones académicas que resuenan, pero de la teoría a la práctica hay mucho trecho y cancilleres anteriores han demostrado que este oficio se aprende en el día a día, lujo que Petro no se puede dar, teniendo en cuenta que hay stakeholders que tienen los ojos abiertos a ello. Será su puente de comunicación y quien transmita la serenidad de su plan de gobierno, quien buscará los apoyos internacionales y de cooperación para la implementación de la paz, de la lucha contra el cambio climático, la protección del medio ambiente y de derechos humanos ante los sistemas de justicia que le han brindado protección de sus derechos políticos en años pasados.
Es por ello por lo que, la mejor opción para Petro en esta cartera sería la de designar a un técnico y no a un político. Alguien de carrera diplomática que conozca la entidad, goce de buen prestigio y cariño al interior de San Carlos, un diplomático que sepa de esta labor y haya estado al frente de los dos viceministerios en los que se cimenta aquel palacio y la política exterior. Es allí donde las posibilidades de escoger a alguien de carrera con esta trayectoria, con el talante para asumir una cartera tan importante como esta, que tenga más de 30 años de experiencia, podría asumir las riendas de la política exterior, pero si hay unas opciones interesantes que de encargaduría en encargaduría, han guiado y capoteado la falta de un buen canciller.
Resta desearle al presidente electo éxitos en su labor, siendo esta la suerte de una nación y acierto en la escogencia de su gabinete.
Redacción: Conexión Cesar