Un hijo de Atánquez es nuevo Comisario de la Policía Nacional en Colombia
Por: Richard Leguízamo Peñate
Desde las entrañas de las cumbres, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Gonawindúa, se originó una ilusión que hoy se convierte en realidad. Con el aroma de los cafetales impregnados en su ser, con el aliento de guarapo fresco de caña en su alma, y la protección de las oraciones de la familia, en la tierra Kankuama celebran el ascenso a la máxima distinción en el nivel ejecutivo de la Policía Nacional de Colombia de un hijo de la pródiga tierra de Atánquez, Resguardo Indígena Kankuamo, Municipio de Valledupar.
Se puede declarar que ahora sus paisanos cuentan con su primer Comisario, después de treinta años de servicio a la Patria, brindando lo mejor de su alma y su ser para proteger a sus semejantes, aún a cuenta de su propia integridad; con alegría y orgullo, hoy pregonan que hay en Colombia un Comisario Kankuamo, Laureano Hernández Arias.
El grado de Comisario es la culminación con éxito de una carrera, es el reconocimiento a una trayectoria de servicio impecable, representa la experiencia y sabiduría, como ejemplo y bastión para las nuevas generaciones, convirtiéndose en un referente institucional. De 311 que con él iniciaron la carrera, llegaron a la meta 13, entre ellos el Comisario Hernández Arias. La ceremonia de imposición de grado se llevará a cabo el viernes 30 de Septiembre, en la Escuela de Suboficiales y Nivel Ejecutivo ‘Gonzalo Jiménez de Quesada’, en el municipio de Sibaté, Cundinamarca.
Laureano Hernández Arias, hijo de una Indígena Kankuama, Yunis Mercedes Arias Martínez, y un fervoroso militar de origen magdalenense, Laureano Hernández Sepúlveda, quien ayudado por sus abuelos y los valores inculcados por su extensa familia, logró culminar su secundaria en Barranquilla, e ingresar a sus 21 años a la Escuela de Carabineros ‘Alejandro Gutiérrez’ en la fría ciudad de Manizales, lejos del calor de su terruño, pero con el empuje necesario para hacer parte de la primera promoción neta de investigadores de la Policía Nacional.
Desde esos primeros años, su espíritu luchador lo impulsó a dar lo mejor cada día para proteger a las personas, es así como en 1997 finaliza con gran tesón el curso de Comando en Operaciones Especiales, desde donde, como miembro de los equipos elites de la Institución, aportó en la tarea del restablecimiento de las difíciles condiciones de orden público que para esas épocas se presentaban en Colombia.
Pero, lo anterior no era suficiente para nuestro orgulloso indígena Kankuamo, Laureano quería hacer más por su País, por su tierra y familia, por sus hermanos de raza, y es ese compromiso el que lo lleva, a pesar de todas las lógicas de la vida, a capacitarse como Desactivador de Artefactos Explosivos, siempre teniendo en la mente y el corazón su deseo de proteger a la población civil y compañeros ante el poder destructor de estos nefastos artefactos. Fue así, como fruto de su trabajo se distingue entre sus compañeros por la desactivación de más de un centenar de bombas mortales, de todos los tipos posibles: desde paquetes bombas, hasta vehículos acondicionados con explosivos, resaltando, entre otros, la desactivación de una bomba de aviación MK82 de 250 kilogramos de TNT, instalada por Carlos Castaño en una de las zonas más concurridas de la capital del País, evento que encabezó los titulares de los principales noticieros en Colombia.
Otra de sus hazañas, fue la extracción de una granada de 40 mm incrustada en la pierna de un soldado, en las instalaciones del Hospital Militar en Bogotá, contra todas las lógicas y procedimientos, salvando no sólo la pierna, sino la vida del joven militar, sólo por nombrar algunos de sus heroicos y variados procedimientos, donde exponiendo su propia vida logró finalizar con éxito la desactivación de estos peligrosos artefactos.
Esta valiente y brillante trayectoria le dio la oportunidad de hacer parte de la Dirección de Investigación Criminal y la INTERPOL, donde a partir del año 2006 comenzó a estudiar y especializarse para desactivar artefactos que emplean agentes químicos, biológicos y radiactivos para aterrorizar a la humanidad; y fruto de esta constante vocación de servicio hizo parte de los pioneros en el país, llegando a convertirse en uno de los fundadores del Grupo de Respuesta ante Agentes NBQR de la Policía Nacional, siendo reconocido en el ámbito internacional como instructor en el manejo de este tipo de lógicas de la guerra. En Colombia, todos estos aportes no han sido indiferentes, y es así como es reconocido en dos oportunidades por el Congreso de la República con las máximas condecoraciones que le podían ofrecer, las cuales ostenta con total humildad y respeto en su pulcro uniforme.
Este Kankuamo, agradecido de corazón con DIOS, no oculta su alegría y máximo orgullo al hablar de su hogar, formado por sus dos hijos, Lou David y Jonathan, jóvenes universitarios, frutos del amor con su esposa Diana García Morales, con quien comparte su caminar desde hace más de veintidós años, ellos son su impulso y mayor motivación, la razón para enfrentar el frio capitalino, recibir el sol en la batalla diaria de la vida y seguir aportando su semilla de esperanza por la grandeza de su amada Nación.
Actualmente, este Comisario Kankuamo, está asignado a la Dirección de Protección y Servicios Especiales, donde brinda su servicio como parte del selecto equipo de seguridad y protección del Expresidente de la República y Premio Nobel de Paz, Juan Manuel Santos Calderón.
Hoy, desde los Territorios Kankuamos de la Sierra Nevada de Gonawindúa, se manifiesta el regocijo y le desean los mejores resultados en cada uno de sus proyectos, institucionales y personales, donde muy seguramente, Laureano Hernández Arias seguirá aportándole lo mejor de su condición de hombre sencillo, pulcro y dedicado, esos valores que recibió como legado de sus abuelos maternos Pedro Eugenio y Matilde Eliza, y abuelos paternos Agripina y José Abel; además de sus tíos, hermanos, sobrinos e innumerables primos que abrazan con orgullo de familia y amor de Patria al Primer Comisario de origen Kankuamo en la Policía Nacional de Colombia.
