La composición vallenata actual, ¿En detrimento de la salvaguarda?
Por: Lida Mendoza Orozco
Se acerca el Festival Nacional de Compositores en el municipio de San Juan del Cesar, sur de La Guajira, y este año se rendirá homenaje a la composición vallenata y cómo es tradicional, se elige al compositor del año.
Es tiempo propicio para analizar lo que está ocurriendo con las canciones vallenatas teniendo en cuenta varios aspectos, pero me asalta la duda: bajo qué parámetros se hace esa elección? Es acaso porque el compositor tiene una canción “pegada” que está sonando en la radio?, es a quien más canciones le han grabado en el año?, es por simpatía?, es por la letra y melodía de sus composiciones? o se maneja algo más “por debajo de la mesa”?, no se asusten ni se sorprendan, que casos se han visto en todo el territorio nacional que ha sido permeado por la corrupción en todos los sectores y el folclor no se escapa y no estoy señalando a nadie en particular, simplemente son mis dudas.
La composición es una de las herramientas más importantes desde que surgió el género vallenato y ha ido evolucionando con el transcurrir de los años. Los juglares recorrían los pueblos llevando las noticias con el acordeón al pecho y entre notas y los tortuosos caminos veredales componían sus canciones; en esos tiempos la inspiración giraba en torno a las anécdotas, la naturaleza y sus paisajes, al amor, a las costumbres de los pueblos, a la belleza de las mujeres y aún al desamor de la manera más romántica posible, aunque en algunos casos se podían vislumbrar asomos de machismo o de misoginia, sin embargo, las metáforas, los símiles y otras figuras literarias fueron usadas para adornar la composición que ha trascendido de generación en generación.
Llegaron las décadas de los 70 y 80 y surgió un grupo de destacados compositores que siguiendo la senda de sus antecesores, contaron historias dramáticas, costumbristas, románticas. Florecieron los grandes temas que aún hoy, le siguen dando brillo a este folclor. No me atrevo a hacer mención de ellas porque no tendría espacio para anotarlas todas, pero siguen siendo coreadas por los amantes del vallenato, que no dudan en calificarlas como grandes clásicos.
Con las nuevas generaciones surgió un movimiento moderno que algunos llamaron nueva ola, sin embargo, nueva ola también hubo en los tiempos de Alejandro Durán, tal como quedó registrado en una de sus canciones en 1960 “ Ya mi negra me dejó como me compongo ahora , ya mi negra me dejó como me compongo ahora, porque ella dice que yo no soy de la nueva ola, porque ella dice que yo no soy de la nueva ola…”. Es obvio entonces que el nombre de nueva ola en el vallenato nos referencia a cambios generacionales.
Pero qué trajeron las nuevas generaciones del vallenato?
Se podría decir que la composición vallenata ha cambiado teniendo en cuenta que ya los compositores son más de la ciudad que de la zona rural, cambiò la forma de vida y llegó la era de la tecnología, pero lo que no ha acabado es la poesía y es triste lo que en la actualidad se puede apreciar, canciones sin ningún tipo de narrativa literaria, lo que atenta contra la preservación del vallenato tradicional que se ha caracterizado por sus buenas letras y melodías.
Algo que debe estar claro es que deben trabajar en la salvaguarda del folclor, preservando el vallenato auténtico y tradicional. Lo están haciendo? No me queda claro porque cuando converso con los cantantes de nuevas agrupaciones los escucho decir “Nosotros conservamos las raíces”, pero escuchas una canción de su trabajo musical y te encuentras con fusiones con reguetòn, música urbana, de sonido estridente y lenguaje vulgar, falta de narrativa, doble sentido, sin ningún tipo de poesía, degradando a la mujer, lo que en mi concepto va en detrimento de la composición vallenata, sin embargo, algunos lo llaman evolución.
Si bien es cierto algunos de los compositores del siglo XX escribieron canciones de contenido fuerte en los que se llegaba a desprestigiar o a violentar a la mujer, lo hicieron con un lenguaje y una melodía que lograron calar en la mente del público que en su época lo vivió y lo aceptó como mensajes de reflexión, ya que dada la forma narrativa en la que se hicieron, se logró captar la atención de manera sutil. Los compositores de este siglo por su parte, han optado por hacer del vallenato algo más parecido a los géneros que están de moda, pensando quizás en la aceptación del público joven a nivel internacional, pero dándole un duro golpe al vallenato raizal no solo en materia musical sino en el contenido y el mensaje de las canciones.
“Con la música vallenata tradicional nos toca hacer trabajo de enculturaciòn , de formación, ya que se perdieron laboratorios como la parranda, la alborada, la serenata, se perdieron todas esas tradiciones y a nosotros nos toca investigar y contarle a las nuevas generaciones y decirles: esto se puede salvaguardar”, dijo Luis Carlos López, compositor de ‘Zumba que zumba’, quien confesó que al componer esta canción se dejó llevar por sus emociones y aunque tiene muchos temas jocosos de ese mismo estilo que surgieron en un contexto del empirismo, en la actualidad, dice que sus composiciones son más poéticas y más líricas.
“Cada quien es responsable de lo que escribe y de su música, yo traté de copiar un poco de esa poesía, de esa lírica que me aportaron los compositores paisanos, ese era mi afán, aprender de ellos, moriré con la teoría de escribir bonito, con la poesía y la lírica que heredé de mis maestros”, sostuvo el compositor Enrique Luis “Curry”Carrascal.
El destacado compositor Roberto Calderón compara la composición con el parto, “ La composición es un parto del compositor luego de haber experimentado las fases de la revelación poética, incubación de la letra, concepción de melodía y letra hasta que sale a la luz pública, deja de ser inédita y sale de las entrañas del compositor”.
“Si queremos preservar nuestro folclor lo primero que tenemos que hacer es respetar . Cuando yo estaba muchacho hice muchas canciones de doble sentido y mi mente volaba haciendo esas canciones y no he grabado sino solo dos de esas canciones, eso en contra de mi voluntad porque las terminé “en temple” en una tarima, porque no me atrevía por respeto a Dios, porque la música es un don de Dios y cuando se guarda el respeto hay que conservar las costumbres. Se pueden decir cosas pero de buenas maneras”, advirtió el reconocido compositor Marciano Martínez.
Y es que canciones como esas que dejan mensajes de la degradación en la que ha caído la humanidad pero con un lenguaje escaso, vulgar y obsceno, sin ningún atisbo de figuras literarias que adornan nuestro idioma, son las que tristemente están sonando en la radio aunque no trascienden un mes y se olvidan rápidamente.
No se puede generalizar y calificar como buenos a todos los compositores clásicos ni tampoco satanizar a todos los nuevos talentos, sin embargo estoy de acuerdo con el poeta José Atuesta Mindiola cuando dice “Es hora de que existan ‘Escuelas de Compositores’ que eduquen niños con aptitudes poéticas para que surja una generación de compositores del silgo XXI que salvaguarden la esencia del canto vallenato”.
Además, Atuesta Mindiola recomienda respetuosamente a las agrupaciones jóvenes “Que tengan un verdadero director musical para seleccionar las canciones y elevar el nivel de las grabaciones, y a los nuevos compositores que aprendan de los maestros, que lean poseía, escuchen buena música y no se afanen por la cantidad sino por la calidad”.
Preocupa el futuro de la composición vallenata, por eso alzo mi voz y mi sentido llamado es a quienes tienen en sus manos escoger al compositor del año en el 45 Festival de Compositores de San Juan del Cesar ( La Guajira), que se celebrará del 9 al 11 de diciembre. No nos sigamos equivocando y trabajemos unidos por la salvaguarda del folclor vallenato enalteciendo la composición.