Cañamillo en Chorrera
Por: Eduardo Pertuz
En la búsqueda de los grandes juglares del “folclor Caribe,” llegamos al corregimiento de Chorrera, en el municipio de Juan de Acosta, Atlántico. Este pueblo es un tesoro cultural, famoso por sus artesanías, paisajes y, especialmente, por sus grupos cañamilleros, conjuntos que interpretan ritmos tradicionales con el sonido vibrante de la “caña e’ millo” o pito atravesao. Este instrumento, elaborado a partir de cañas como el carrizo o el millo, es parte esencial de la identidad musical de la región, y sus melodías han sido llevadas con orgullo a escenarios nacionales e internacionales. Uno de sus exponentes más reconocidos es el legendario Pedro “Ramayá” Beltrán, oriundo de Patico (Bolívar), quien llevó la “caña e’ millo” a los grandes públicos y popularizó sus ritmos.
En Chorrera, tuvimos el honor de ser recibidos por el maestro Alejandro Molina Molinares, de 87 años de edad, quien a pesar de largas décadas de existencia, se resiste al olvido tratando de participar en festivales y eventos musicales, aunque ya no lo inviten con la misma frecuencia. Estos maestros de la música representan la última generación de un arte que resiste los embates del tiempo y la modernidad.
El origen de la “caña e’ millo” es incierto; algunos afirman que es de raíz indígena, otros que proviene de influencias españolas o africanas. Sin embargo, más allá de su procedencia, este instrumento ha echado raíces profundas en la Costa Caribe, donde se interpretan ritmos como la cumbia y el bullerengue, llenos de armonía, historia y emoción. Aunque no es tan conocido a nivel nacional como “la gaita sanjacintera”,” la caña e’ millo” ha encontrado un honroso lugar en los festivales de la Región Caribe, donde se mantiene viva esta tradición.
Conocer la historia de los cañamilleros y estudiar el significado de sus ritmos, es comprender la tradición de generaciones enteras que, pese a la globalización y a la llegada de nuevos estilos, siguen conservando el legado auténtico de nuestro folclor. Estos grupos no sólo lo preservan, sino que lo mantienen, perderlo sería extraviar para siempre una parte esencial de nuestra identidad y esencia cultural.
Especial atención del profesor y músico José Gutiérrez y de Luis Molina Molinares.