Arte y cultura Crónicas

La Junta, tierra de mentes valiosas que siempre se inspiran “El rinconcito más querido de La Guajira”

Por: Hermes Francisco Daza

La Junta, paradisíaco lugar del sur de La Guajira, de gente noble, generosa y amable, de apacible paisaje de casitas blancas impecables, de techos de paja y caprichosa topografía, también de casas modernas, lleva este nombre porque allí se juntan los ríos Santo Tomás y San Francisco, formando un solo cauce, para luego alimentar el pozo de La Olla, que lo constituye una roca cóncava y espaciosa con capacidades para varios bañistas que llegan en las vacaciones de mediado y fin de año.
Además, existe el balneario El Salto, sitio turístico de gran importancia en la región donde propios y visitantes disfrutan de las aguas cristalinas del rio San Francisco.
Aunque no se tiene conocimiento de la fecha de su fundación, se cree que esta ocurrió a partir del año 1.700 y fueron sus primeros moradores las familias Acosta, Daza, Maestre, todos de origen español.
De aquellos remotos tiempos, se cuenta la anécdota de que doña Isabel Acosta, rica hacendada del poblado, pudo vender hasta cien novillos de un mismo color y que el comprador escogiera.

El hecho de que en La Junta se cultive el maguey o fique y la habilidad artesanal de su gente para fabricar con este material mochilas, carteras, chinchorros, hicos, alfombras, adornos de toda clase, fue motivo para que se instituyera por iniciativa del arquitecto Gustavo Gutiérrez Maestre, el Festival Folclórico del Fique que el primer año se denominó de la Mochila.
Hoy recordamos con nostalgia la curiosa historia del Festival del Fique que en una oportunidad rescatamos de personajes de la población para dar a conocer su origen a los amantes de estos eventos folclóricos culturales. Fue el 16 de julio de 1970, día de la Virgen del Carmen, en la residencia de la señora Celina Sierra de Hinojosa, donde se encontraba departiendo en compañía de otras damas de la población; mientras charlaban, doña Celina tejía una mochila pequeña en colores blanco y verde, con destreza movía sus manos mientras estaba atenta a la conversación de las amigas, cuando llegó de improvisto el arquitecto y piloto juntero Gustavo Gutiérrez Maestre y le causó admiración la obra que estaba realizando doña Celina.
Gutiérrez Maestre manifestó su asombro por la agilidad de Doña Celina y la belleza de la mochila, dijo: “aquí se debe hacer un festival de la mochila”, la idea fue acogida con entusiasmo por las señoras allí presentes. Fue así como los productores y vendedores de mochilas, chinchorros, hamacas, macanas, carrumbas, pelotas de cabuya, hoja de maguey, se fueron con sus haberes a la plaza principal, debajo de un árbol de trupillo característico de la tierra desértica de La Guajira, y de esta forma hicieron la más genial de las muestras de artesanías y elementos, todo frente a la iglesia San Antonio de la población y con la animación de Lisandro Meza que estaba tocando allí para las fiestas en honor a la Virgen del Carmen.

Así nació el Festival Folclórico del Fique pero con el nombre de Festival de la Mochila, que incluso tuvo su primera reina, la recordada Gladis Acosta en 1.970.
El festival folclórico y cultural del fique, uno de los de mayor tradición y quizá el mas antiguo de la Guajira con 50 años; este evento no se realizó en los años 80, 81, 82 y 83 por la situación de inseguridad que vivió el país y la región, y los años 2020 y 2021 a causa de la pandemia covid19.

Hijos ilustres
La Junta es un corregimiento famoso porque ha dado hijos ilustres, un pueblo de recuerdos, tiene alrededor de 3.500 habitantes, es el corregimiento más grande del municipio de San Juan del Cesar, Sur de La Guajira y el más adelantado en materia de servicios públicos; han sido un almácigo de profesionales distinguidos de este lugar el exgobernador del Cesar Manuel Germán Cuello Gutiérrez, Eduardo Lacouture Cuello exgobernador de La Guajira, Elías Lacouture Acosta, Hernán Acosta Solano exdiputado y concejal, Esteban Cuello, ‘Toba’ Mendoza, Joaquín Sierra, Jota’ Cuello, Julio Romero, Ana Dolores Maestre, Diomedes Díaz Maestre, Rafael Gutiérrez Acosta, Marciano Martínez Acosta, El rey de Reyes de la piquería del festival vallenato José Félix Ariza Vega, Cater Martínez, Omar Maestre Mendoza, Rubén Darío y Álvaro Araujo Cuello, Andrés Vega, Leandrito Sierra Acosta “El médico del pueblo” El compositor Jacinto Leonardi Vega Gutiérrez y las matronas Junteras Mauricia Daza, Elvira Acosta entre otros que se han de distinguir por su honorabilidad, honradez, inteligentes y admirables.

La Junta, es un bello pueblo donde nació Diomedes. EI nombre del pueblo, resuena por todas partes gracias a los cantos de su hijo más destacado en el campo folclórico – cultural: Diomedes Díaz Maestre. Él, con su talento innato lo posicionó ante la faz nacional e internacional y hoy hace parte de su propia historia, esa que se dio el lujo de contar en canciones.
En medio de su amplia biografía el cantante Rafael Orozco Maestre lo bautizó con el mejor nombre, ese que le dio el mayor reconocimiento y le hizo sumar la más grande fanaticada que artista alguno tenga en Colombia: El Cacique de La Junta. Diomedes fue el hijo más agradecido con su pueblo al que enmarcó en una de sus canciones como el pueblo más bello, ese que supo de sus primeras andanzas en el arte, musical y lo vio alcanzar la gloria para finalmente llegar a la inmortalidad.
Pasar una noche en La Junta, no es fácil, describirla es algo emocionante y a la vez fascinante. Iniciada la noche, el pueblo vibra con canto estridente de los grillos – noche de- grillos – como dijera el poeta, y se escucha como si viniera muy lejos, una música alegre, desgarrando el aire tranquilo de la noche. Se ven lo insectos revoleteando incesantemente alrededor de los bombillos, haciendo de la noche un verdadero espectáculo.

“El perfil de un pueblo se construye sobre su pasado, pero también sobre su presente. “Añoranzas de mi tierra”

Luego el pueblo se sumerge en un sueño letárgico, y en un silencio largo, donde solo se escuchan los latidos de los corazones y ya en la madrugada, rompen el silencio el alegre y sonoro canto de los gallos anunciando un nuevo día. El amanecer es impresionante y fantástico, con la presencia de una brisa cálida que no molesta, acompañada del trino de los pájaros.
La Junta está dividida desde su nacimiento por un cinturón de plata – un pequeño rio – el Santo Tomás, en dos caseríos. Uno de ellos, está habitado por la clase elitista, la más aristocrática.
El otro caserío llamado Curazao, no recuerdo el porqué de ese nombre, es más pequeño, más humilde, más impetuoso, más inconforme. Parece ser como un apéndice del otro caserío, pero sus costumbres son distintas, no confraternizan, y se mantienen alejados, uno del otro, hasta llegar a conformar dos corregimientos, caso insólito en la historia de estos caseríos hermanos. A pesar de todo esto, existe una idiosincrasia que los acerca todos los días. El ser junteros por ancestro.
Había en ese entonces, una naturaleza pródiga en lluvias y se producía toda clase de frutas que se encontraban en el campo y en sus praderas. El marañón, la candunga, el mango, el cotoprix, el mamòn dulce, el peruétano, la rabiacana, la guayaba, la ciruela y muchas otras frutas que han desaparecido por los efectos nocivos y criminales del hacha homicida que ha ido destruyendo los pocos montes que quedan, dejando en la orfandad las orillas de los ríos, que no tienen agua y se mueren de sed, porque no llueve.

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