La muerte toca a la puerta: El Magdalena sigue siendo un laboratorio de la violencia
Por: Lerber Lisandro Dimas
Todo puede llegar: pero se advierte que todo llega tarde. Es una frase de uno de los grandes poemas de Julio Flórez, aunque, paradójicamente: la muerte sí llega rápido. Santa Marta, Ciénaga y Zona Bananera, han aportado, este año, 210 homicidios. En este escrito hablaré sobre la muerte que toca a la puerta, la respuesta institucional y el negacionismo.
El distrito de Santa Marta llegó a 127 homicidios con el asesinato de Leonardo Restrepo, quien era esposo de una concejal del Centro Democrático y cuyo homicidio fue abordado de manera profesional. Ese modelo de ejecución no se veía en Santa Marta desde cuando los paramilitares de Jorge 40 tenían el Grupo Especial, solo para sicariatos de alto nivel y de los cuales hacia parte alias Comanche: ejecutado después de realizar el asesinato de Libardo de Jesús Parra González, del Cartel de la Costa y quien vivía en Zona Bananera.
A este homicidio también le antecedió el del sindicalista Juan José Rada Aguirre, quien murió por una bala perdida en una de las avenidas más importantes de Santa Marta. Hace dos días, un atraco dejó varios vehículos impactados a plena luz del día y el año pasado, fueron asesinadas la docente: Nidia Granados y la líder comunal Juana Ramírez, producto de balas perdidas. Las balas no distinguen personas y se llevan por delante la vida de gente valiosa que no merece morir de esa manera. Hoy los samarios tienen un miedo adicional al robo y es quedar en medio de una balacera y pese a las recompensas ofrecidas, hoy persiste la impunidad.
Ciénaga con 47 homicidios y al igual que Santa Marta, que tienen un porcentaje de más del 70% en zona rural hoy está dominada por el paramilitarismo, que impone multas, que ejerce gobernanza institucional y que desaparece personas.
Desde la Plataforma de Derechos Humanos -Pdhal- se denunció la posible desaparición de 3 hermanos: José Ramírez Serrano, Daniel Jesús Ramírez Serrano y Eliazar Ramírez Serrano. Estas personas fueron sacadas de una finca en la vereda el Bosque, corregimiento de San Pedro de la Sierra y de una posible cuarta víctima. Un trabajador que ingresó a esa vereda y del cual no se volvió a saber nada. Las autoridades no han podido desmentir; es más, no han podido llegar al sitio para verificar. El mensaje para los campesinos que viven el día a día es claro: aquí no manda el Estado, porque un Estado Social de Derecho ya hubiera hecho algo, incluso, por las compañeras sentimentales de estas personas que tuvieron que salir desplazadas y calladas. Eso es miserable y el mensaje es dramático.
En Fundación (Magdalena) zona inestable y de incremento en actos violentos, al igual en el Retén y Aracataca y en las cuales los homicidios han crecido por cuenta de las AGC.; donde además capturaron al segundo al mando de alias 57 y tierras que visitó alias Monoleche para impulsar proyectos agropecuarios; el sábado asesinaron a dos reconocidos periodistas, hecho que tiene precedentes puesto que en el pasado habían asesinado comunicadores, pero, lo hicieron en la época del control total del paramilitarismo. Hoy el mensaje es exactamente el mismo.
Anoche asesinaron a otro líder social y comunitario, Neiver Pertuz, en Santa Rita (Magdalena). Un hombre humilde y trabajador, que impulsaba el trabajo comunitario y el bienestar de su región. Sicarios llegaron hasta su vivienda y lo mataron. Otro hecho miserable, como los tantos más que enlutan al departamento.
Y la respuesta institucional ¿dónde está? Lo voy a simplificar con un caso: a la líder y defensora de la Sierra Nevada, por amenazas el Estado le asignó un vehículo. En 7 meses ha estado la mitad de ese tiempo en el taller, desde hace 20 días no tiene cómo moverse de manera segura, saben dónde: en zona rural de Fundación, donde en teoría no pasa nada (negacionismo). Pero hay oficios de seguimiento a la UNP., a la alcaldía de Fundación, a la personería de Fundación, a la Defensoría Regional del Pueblo; hay denuncias en la Procuraduría General de la Nación y visibilización del caso por medios radiales y la respuesta es nula. Nadie responde; nadie dice nada, ni siquiera oficiado.
Hoy los paramilitares son dueños de caminos, circulan de día y de noche. Llegan a las veredas, reclutan, imponen todo un espectáculo de miedo y cobran por mantener un orden social. Hoy hay profesores pidiendo cambio de plazas y zonas a las que para ingresar hay que pedir autorización al grupo paramilitar. Si no lo creen pregúntenle a la Unidad de Restitución de Tierras que el año pasado un grupo de paramilitares le salió al paso y los interrogó en Siberia. Desmiéntanme y les subo una foto del momento.
Ahora el negacionismo que tanto daño hace tiene efectos directos hacia la libertad de expresión y ataques constantes a quienes denuncian los hechos criminales y violentos. Periodistas exiliados, amenazados, intimidados y acorralados. Defensores de Derechos Humanos agobiados incluso por el hambre porque les cerraron todas las puertas. Si algo afecta a la seguridad es el negacionismo y esto lo han aprendido a leer los criminales porque saben que las noticias van a ser bloqueadas para que no lleguen a un Estado centralista que no sabe mirar las regiones y que su conocimiento se basa en los informes oficiales que recibe de funcionarios cuyos vínculos familiares y opiniones están sujetas a contratos con las administraciones. Esto también es miserable.