Altagracia Carrillo Vega, la maestra por siempre de los sanjuaneros
Por: Hermes Francisco Daza
Es grato recordar aquellos tiempos pasados en que lazos de amistad casi por toda una vida me han unido a través de mi querida madre a la familia Carrillo Vega; siendo este hogar conformado por el señor Víctor Carrillo Pinto y Ana Basilisa Vega de Carrillo, uno de los espacios que desde mi infancia me acogió con ese inmenso cariño y una sincera amistad, hasta el día de hoy.
Aquí conocí muy de cerca a Altagracia Carrillo Vega, a quien por cariño todos conocemos como “Acha Carrillo”. Nacida un 21 de enero de 1951, en la tradicional calle del Embudo, la menor entre siete hermanos: El compositor Isaac “Tijito” Carrillo Vega, Víctor Guillermo, José Vicente, Elisinda “Lucy”, Nicasia Elvira y Calixto Alfredo.
Desde temprana edad demostró su amor por el estudio, realizando su primaria en la Escuela de Niñas No. 1 (hoy María Auxiliadora) los que culmina en el año 1966; de sus maestras de primaria tiene los más gratos recuerdos de la señora Remedios “Meme” Ariza Barros, Mariluz Mendoza y Ana Palacio Celedon Q.E.P.D. (esta última convertida después en su compañera de trabajo).
Por la escasez de colegios de secundaria en la localidad y en sus afanes de seguir sus estudios, al año siguiente con su hermana Lucy se dirigen hasta Villanueva al Colegio Roque de Alba, en busca de oportunidades, pero a principios del mes de marzo se abren las inscripciones donde la señora Ángela Gámez de Cuello, para iniciar labores en la Escuela Normal de Señoritas; dichas inscripciones fueron para primero a cuarto de bachillerato, pero el personal solo alcanzó para los dos primeros grados.
Un dos de mayo de ese mismo año fue citado el personal ya matriculado, para recoger todos los desechos de la construcción y hacerle un buen aseo a las instalaciones de la Institución, este mismo día se les informa que las clases se iniciarán el día lunes 15 de mayo a las 7:30 A.M., todas deberían asistir con vestidos módicos mientras se organizaban los uniformes.
Que lejos parecía estar la Escuela Normal del pueblo, rodeada de potreros, malezas, toda clase de ganado y por muchos caminitos cubiertos de frescas hierbas por donde se transitaba para llegar al lugar. Con miles de dificultades los dos grupos de estudiantes enfrentan grandes vicisitudes, siendo la mayor, la carencia del fluido.
El tiempo fue pasando velozmente y retomando el personaje en referencia, llega el anhelado día de la graduación del segundo grupo que la Escuela Normal de Señoritas entrega a la sociedad sanjuanera y por qué no decir a la región con el título de “Institutrices”, entre ellas, estaba “Acha” Carrillo, quien al salir de estos claustros jamás y nunca se ha olvidado de ellos, siempre presente en todas las actividades que en la Escuela Normal se realizan, de ahí que la rectora de la época, Josefina Zabaleta, en una de sus alocuciones durante la celebración de un aniversario más de este plantel la declara “La exalumna más fiel de la Escuela Normal”.
Inicia su labor como maestra en el corregimiento de La Peña, de este lugar y su gente, dice que guarda gratos recuerdos. Aquí permanece un año (10 de abril de 1973 a 10 de abril de 1974).
Luego es trasladada a la Escuela María Auxiliadora, lugar donde cursó sus estudios primarios.
Con la venia de la rectora de la Escuela Normal un 15 de mayo de 1978 se presenta con una composición ensayada con antelación y entonada a esa fecha con las compañeras normalistas Lidys Vega y Antonia Fragozo; con el propósito de que fuera establecida como el Himno de la Escuela Normal, años más tarde con el también sanjuanero profesor Raúl Mojica, entonces Decano de la Facultad de Música de la Universidad Nacional y Director de la Filarmónica de Colombia se reúne, se hacen los debidos arreglos a la letra y él es el encargado de los arreglos musicales, quedando así establecido el Himno oficial de la Escuela Normal.
Ejerció la docencia en la Escuela María Auxiliadora durante 26 años con mucha entrega y dedicación, pero visitando siempre a su Escuela Normal del alma y afirmaba que de tocarle irse para otra escuela o entidad, el lugar apropiado para ella sería: La Escuela Normal.
Se le presenta esta ocasión única y feliz y por motivos ajenos a su voluntad en el mes de enero del año 2000 su sueño se hace realidad, a través de una permuta con la profesora Nora Caraballo de Celedòn.
Durante todos estos años, “Acha” mezcla sus labores con sus escritos y composiciones y siente de todo corazón, servirle a muchas generaciones en la amada tierra que la vio nacer; con la composición de diferentes himnos a colegios e instituciones, con la publicación de dos libros de poesía y sus escritos ocasionales a todos los maestros y maestras que han necesitado de ella.
Al cumplir medio siglo de existencia, esta escuela que la formó y la vio crecer hasta convertirla en maestra, sigue siendo merecedora de ser llamada con el respeto de mis coterráneos. “Una educadora ejemplar”.