“El Principito” cumplió 80 años y estos son algunos datos curiosos del famoso libro
Por: Darling Tatiana Jiménez Jiménez
Esta fábula mítica mezclada con relato filosófico, cuestiona la relación del ser humano con sus prójimos y con el mundo. También promueve la constante reflexión de su autor sobre la amistad, el amor, la responsabilidad y el sentido de la vida. Conozca los detalles acerca de la obra.
“El principito” fue publicado por primera vez en 1943. Es uno de los cuentos clásicos que han formado parte de la vida de todos. La historia en la que un pequeño príncipe vive en un asteroide llamado B-612 y que es poco más grande que una casa es una obra sin edad para los lectores y ha logrado llegar a manos de niños, jóvenes y adultos. Es reconocida hoy, 80 años después de su creación, como el segundo libro más traducido del mundo tras la Biblia y un escrito cuyo número de ejemplares vendidos resulta incalculable.
Se publicó luego de la muerte de su autor, un piloto llamado Antoine de Saint-Exupéry. Es una de las obras emblemáticas de la literatura francesa, pero apareció primero en Estados Unidos y aún hoy se venden cinco millones de ejemplares al año, según la editorial Gallimard, que logró lanzar el libro en Francia en 1946.
Con un aproximado de 500 traducciones incluyendo la última de 2022 al dialecto sefardí del haketí, según la editorial francesa Gallimard, la obra de Antoine de Saint-Exupéri cuenta con 120 páginas y aún hoy, 80 años después de su publicación, mantiene su éxito editorial como novela corta publicada por primera vez el 6 de abril de 1943.
Algunos datos curiosos de El Principito
La primera edición en español de la obra fue la argentina, publicada en 1951.
Antoine de Saint-Exupéry, autor del libro, era un aviador experimentado y, al fallecer, se encontraba en una misión de reconocimiento para la fuerza aérea de Francia Libre, el gobierno en el exilio fundado por Charles de Gaulle en 1940, que luchaba contra la Alemania nazi. Nadie sabía cómo o dónde había caído su avión pero en 1998, un pescador encontró en aguas al sur de Marsella un brazalete que llevaba el nombre de Antoine de Saint-Exupéry y de su mujer, Consuelo.
En 2014, en la ciudad de Ungersheim, en la región francesa de Alsacia, se inauguró un parque temático enteramente dedicado a la historia de El Principito: el Parc du Petit Prince está entre las ciudades de Colmar y Mulhouse, cerca de la frontera con Alemania.
El Principito es una obra literaria que se puede leer en friulano, romanche, ladino, palatino, quechua, konkani, esperanto, veneciano, occitano languedociano, aragonés, vasco, gallego, catalán y asturiano.
El texto fue ilustrado por Saint-Exupéry mostrando la infancia como un espacio en el que se debe recuperar lo esencial, mientras El Principito viaja a través de planetas haciendo amigos.
El libro es considerado el primero del mundo en haber sido transcrito en símbolos fonéticos en lengua inglesa para estudiantes de inglés como segunda lengua.
En 2012 se hizo público que la casa parisiense de subastas Artcurial había hallado dos páginas inéditas de El Principito. Los textos, casi ilegibles, fueron descubiertos entre varios manuscritos que un coleccionista envió a la casa para que fueran tasados. Las páginas son del mismo material utilizado para el original, por lo que los expertos las sitúan en 1940 o 1941.
En la primera de las dos páginas inéditas se encuentran variaciones de los capítulos 17 y 19 y en la segunda, el autor introdujo a un personaje desconocido: el primer hombre que el protagonista encuentra al llegar a la Tierra, el cual se encuentra buscando una palabra de seis letras que significa «gargarismo» pero la solución al enigma no se encuentra en el texto hallado.
El aviador Saint-Exupéry escribió la novela mientras servía como piloto militar desde Nueva York y no sería hasta 1946, tras su fallecimiento en un accidente de avioneta en 1944, cuando el libro se publicase en una Europa ya liberada del nazismo.
La obra fue publicada originalmente por la editorial neoyorquina Reynal & Hitchcock el 6 de abril de 1943 en inglés, fue allí cuando León Werth, periodista y escritor anarquista y judío a quien el autor dedicó la obra por ser su mejor amigo, pudo leer el texto.
Tomado de: El Espectador