Chitones, aves y flores en Barú
Por: Eduardo Pertuz
Estando en la punta de un espolón en la Península de Barú, contemplando la inmensidad del paisaje, vislumbré unos curiosos moluscos marinos adheridos fuertemente a la roca, llamados comúnmente Chiton, de inmediato abrí una línea de investigación “in situ”, su nombre científico es Chitonidae, está formado por ocho placas calcáreas interconectadas, similares a un caparazón. Existen grandes variedades de estas especies en el mundo, son herbívoras y se alimentan de algas y bacterias en las rocas, se encuentran en la superficie marina hasta en la profundidades abisales. Tiene pocos depredadores naturales, entre ellos el humano que, lo convierte en ceviche.
Se ha descubierto que algunos chitones tienen vida longeva, se halló la especie Natullina Californiana con aproximadamente 500 años de antigüedad. Esto, convierte a los Chitonidaes en uno de los animales longevos, más conocidos. Habitan en el Planeta Tierra desde hace 500 millones de años. Sin evolucionar, sus ancestros vivieron la extinción de los dinosaurios, meteoritos bombardeando a la Tierra, y ellos ahí, parados en la raya, firmes.
Levanté al cielo la mirada y me sorprende un grupo de aves volando del continente a una isla en el horizonte, pero había una muy rezagada y me dije: no va alcanzar a su compañera… ya casi perdidos de mi horizonte, hicieron un giro hacia la izquierda, y el ave distraída o cansada, tomó otro rumbo que me dejó preocupado pensando que se iba a perder en el mar, pero inmediatamente contemplé lo maravilloso: una del grupo al percatarse del posible error de su compañera, regresó y a mi parecer estuvieron conversando, como expresándole: Aja mija, ¿qué te pasa? ¡Date prisa! Ponte ají picante en la rabo que ya estamos por llegar a casa. Encantador final, contemplar a las dos aves seguir al grupo principal.
En el bello jardín de Punta Iguana, llamó mi atención una exótica planta llamada Jatropa, de flores rojas y capullo verde con aspecto de alienígena, estaban las abejas realizando su vital trabajo de polinizar, luego unas bellas orquídeas del trópico en un árbol del tamarindo y una Plumeria Púdica, conocida también como ramo de novia.
Exquisito fin de semana, vi lo que quería ver, escuché lo que quería escuchar y sentí lo que quería sentir. Finalmente, uno mismo elige lo que quiere vivir.
Eduardo Pertuz says:
Muchas gracias por estos espacios para compartir las crónicas.