¿Qué necesita la cultura en Valledupar?
Por: Malú Barrera
Desde que dio inicio la contienda electoral, revoloteaba en mi cabeza una idea que cada día fue cobrando más fuerza, se la fui planteando a los diferentes amigos que hacen parte del gremio de las artes, teniendo aparentemente un respaldo por parte de quienes les comentaba sobre el asunto, me satisfizo además, que el gobierno nacional tuviese esa misma inquietud e interés.
Hace unos días, fui invitada a una reunión en la Biblioteca Departamental, me encontré en una sala con un grupo de chicas y varios señores. Los delegados del ministerio de cultura venían a hablarnos sobre la gobernanza y la cultura de la paz total, eso nos dijeron; pero cual sería mi sorpresa al darme cuenta que no fue una charla informal sino una invitación para organizar un foro con todos los candidatos a la alcaldía de Valledupar y a la gobernación del Cesar.
Los delegados que participaron fueron una mujer afro oriunda del Chocó y un andino con harta experiencia en cuanto al tema cultural, según nos informó, con muchos años trabajando en el ministerio de cultura, manejando estos temas y que además formó parte del equipo que elaboró la ley de cultura de (1997).
Allí en ese foro, nos informaron que en pocos días debíamos reunir a los trabajadores del arte y la cultura de la región para producir un documento madre, donde debíamos establecer los cinco puntos clave que el gremio necesita que sean incluidos dentro de los planes de desarrollo para los próximos años tanto en la alcaldía como en la gobernación y que para eso contaríamos con la facilitación del proceso por parte del ministerio, la oficina de cultura de Valledupar y la secretaría de cultura departamental.
Pido a Dios que este encuentro con los candidatos y el gremio cultural se realice y que se pueda elaborar un pacto con propuestas firmes y bien planteadas, con proyección hacia una cultura o movimiento cultural ciudadano que permita que la ciudad y el departamento puedan hacer de la cultura nuestra fuente para la generación de empleo y el desarrollo del turismo cultural. Para que esto sea posible, se necesitan dos cosas importantes: La unidad del gremio cultural con una agenda unificada y bien definida y una clase dirigente mucho más comprometida, no solo con la música, -donde sabemos existe un compromiso-, pero se requiere mucho más: una proyección, un método, unos pasos a seguir que tengan un norte acoplado a las necesidades tanto del gremio en todas sus manifestaciones culturales, como de la ciudad y el futuro de nuestra gente. Un proceso que permita mantener nuestra identidad cultural a través de los años.
Mientras tanto continuo con mi sueño: Que la cultura sea un espacio de consumo, que se convierta en una actividad de moda o trendy como se dice actualmente, que haya variada programación los fines de semana tanto para jóvenes como para adultos. Que en la agenda local se programen los viernes de teatro en Maderos, un domingo de música sacra en la filarmónica; que los jueves sean jueves de tertulia en diferentes lugares del Valle de Upar, que la danza se tome los parques con ‘tardeadas’ de danza para niños y adultos mayores. Que los fines de semana con lunes festivos incluido estén agendados con tours a La Ventana marroncita en La Junta ( La Guajira) o a La Tomita ( cerca a Manaure, Cesar) siguiendo los pasos de nuestros juglares. Que en Pueblo Bello se pueda apreciar la danza del Chicote y en Atánquez, una muestra de ‘Los Diablos de Corpus’. Todo eso lo anhela mi mente soñadora amante de este Valle lindo que espero, sea un valle de 360 días de eventos culturales. Valledupar 360: con cultura, deportes, encuentros de emprendimientos y foros sobre salud, economía, derecho y todas las disciplinas… para que la ciudad sea próspera y pujante, la llamada “Sorpresa Caribe” de algunos años atrás.