Blanca crónica de aquellos polvos
Por: Patricia Berdejo
Aeropuerto de Barajas (Madrid) Agosto 13 de 1986, 11:30 am
Llegada del avión de Iberia procedente de Bogotá con destino Madrid. “Vuelo caliente”. Requisas, seguridad, hostil aduana, preguntas toscas sin esperar respuestas, búsqueda infructuosa del polvo inexistente, álbum familiar agujereado y perforado el polvo del recuerdo.
-Los colombianos: ¡a la derecha!-
Y no era un eslogan político de marca ideológica precisa. Posición vergonzosa. “Fila de culpables” señalados por la peste del narcotráfico…
Y el tiempo, que suma alegrías y amarguras, se va escapando rápido, casi sin saberlo. Se vive dentro de este mundo diferente y similar. La droga de la distancia, la noticia oportuna, la conversación diaria.
-Un paquete de cigarrillos, por favor-
¡Ahhh!…del país de la droga…
¡Paquetes de medidas urgen en Colombia! No hay por qué seguir vendiendo una imagen negativa, polvorienta.
…
Diciembre 17 de 1986
Asesinan a Guillermo Cano, la droga se arma nuevamente en su afán cotidiano de asustar a la verdad, a la prensa objetiva. Pero el material sentido no admite a los sinceros: cartas abiertas, sobres rotos, paquetes rasgados. ¡Ciertamente, Doña Ana María, a su marido lo mataron por decir la verdad!
Ahora todo renace, parece un nuevo espectro el que se brinda. La prensa colombiana se suma en bloque contra el oscuro tema del narcotráfico. El Espectador y El Tiempo reciben el Premio Príncipe de Asturias por su valiente posición en contra de una rentable vergüenza.
¡Después de siete meses una buena noticia!