El río Cesar nos necesita: “Cuidemos lo nuestro, el río es de todos”
Por: Hermes Francisco Daza
Su caudal es débil pero constante, se abre espacio entre enormes rocas generando una figura esbelta por medio de la naturaleza. Ese es el río Cesar, que nace en la Sierra Nevada de Santa Marta, y que tiene vitalidad sobre aguas cristalinas, como lo describió el compositor Hernando Marín Lacouture en su canción “Sanjuanerita”.
La poesía de grandes exponentes de la música vallenata no brotaba por sí sola, las inspiraciones que nacieron sobre la corriente del río Cesar, son grandes clásicos como “La creciente del Cesar”, del maestro Rafael Calixto Escalona Martínez”.
El río Cesar recorre 280 kilómetros entre los departamentos de La Guajira y Cesar hasta su desembocadura en el complejo cenagoso de Zapatosa. Es considerado un río rebelde porque recorre en sentido contrario porque baja desde el norte y muere hacia el sur.
Son 11 municipios que comprenden la cuenca del río Cesar. En la Guajira atraviesa a San Juan del Cesar, Villanueva, Urumita y La Jagua del Pilar; y en el Cesar ocupa parte de Valledupar, San Diego, La Paz, El Paso, Astrea, Chimichagua y Chiriguaná.
Cuando me detengo a pensar en el río Cesar se me viene a la mente mucha tranquilidad, belleza, esplendor y una vista hermosa de este gran regalo que nos ha brindado Dios para maravillarnos. Pero también, al pensar en él, me da mucha nostalgia.
Sus corrientes cristalinas de agua pura, ya no son las mismas de antes, porque las hemos contaminado tanto que ya han cambiado totalmente. Su vegetación está destruida, sus senderos sucios y cada vez hay menos reservas naturales en él. Nuestra propia cultura se ha encargado de destruirlo sin pensar en las consecuencias que trae para nuestro futuro no muy lejano.
Pero aún hay esperanza, por lo menos en mí. Sé que podemos empezar el cambio cuidándolo como se merece. Cada vez que lo visitemos dejémoslo en buen estado así como él intenta recibimos a nosotros, dejemos de ser egoístas pensando siempre en nosotros mismos y recordemos que el río también necesita de nuestro cuidado. No lo contaminemos porque la más mínima basurita que tiramos a su suelo se va acumulando hasta convertirse en un montón, y es desde ese momento en el que empieza la gran contaminación, que está acabando con el río, hasta tal punto que ya se pueden notar que sus aguas están llenas de plástico y papel y aún así no hacemos nada para limpiarlo.
Enseñemos a las nuevas generaciones la importancia de nuestro río Cesar, que es nuestro más preciado e importante patrimonio. Dejemos de pensar en nosotros mismos y demos su propio espacio a la naturaleza, pues ella también lo necesita, cuidemos sus árboles, sus flores, sus animales, pues todo esto es lo que lo hace realmente bello, más no una cantidad de vidrios rotos y bolsas entre sus piedras.
Sé que muchos también extrañan ese río, pero no hacen nada porque piensan que su pequeña ayuda no funcionará, pero ¡ey! si la contaminación crece tan desmedidamente desde que una sola persona empieza a arrojar basura ¿cómo no puede esta causa mejorarlo, si podemos ser más fuerte? si cada uno empieza a dar ejemplo podremos lograr que más personas se concienticen del daño y empiecen a mejorarlo también. Si se puede lograr, el cambio empieza en nosotros mismos.
No soy el único que ha visto el daño y mucho menos el único que quiere mejorarlo, sé que si empezamos el cambio podremos llegar a mejorar nuestra cultura y volver a tener ese rio Cesar tan puro, hermoso y lleno de esplendor que tanto hemos deteriorado.
“El Cesar con su agua bendita
baja llenando de vida a mi tierra linda quizás
y mis paisanos entre sonrisas enseguida le dan
la bienvenida a todo el que nos visita
mi tierra es tierra de alegrías”.
Ayudémoslo, así como él nos ha brindado tanto a nosotros, es hora de que lo ayudemos a él
y así volveremos a tener el precioso río Cesar que tanto queremos y extrañamos. “Todos por el río Cesar”.