De Medellín a Valledupar en bicicleta, el sueño cumplido del cesarense Lucas Puerto Vargas
Por: Lida Mendoza Orozco
Desde niño, Lucas Puerto Vargas conoció la bicicleta y desde entonces nunca ha querido apartarse de ella. En su infancia corría presuroso en su caballito de acero para ayudar a su mamá a repartir productos que ella vendía o para pasear por el barrio. Al crecer se despertó toda su pasión y a los 18 años decidió comprar su propia bici “mountain bike”, diseñada para viajes por la montaña o el campo y dedicó muchas horas de su tiempo a practicar ese deporte en el cerro del Eccehomo en Valledupar, su ciudad natal.
Lucas es hijo del reconocido fotógrafo Edgar Puerto y Catalina Vargas, quienes siempre lo motivaron y apoyaron a seguir practicando ese deporte mientras el joven se iba enamorando cada día más de su bicicleta.
Hoy, a sus 22 años, Lucas vive en Medellín y fue allí “donde se le metió la locura” de hacer una travesía desde esa ciudad hasta llegar a Valledupar, recorriendo 750 kilómetros en tres días subido en su bici, su eterna compañera de aventuras.
Para lograr semejante hazaña, se preparó físicamente, practicaba todos los días en las montañas antioqueñas y en las vías de la ciudad, sin dejar de lado la parte sicológica, “sin una buena actitud y sin ganas de hacerlo, hubiese sido imposible lograrlo”, dijo el joven, mientras aseguró que fueron tres días muy duros pero, finalmente con mucho sacrificio, hizo realidad su sueño.
Aún con el corazón latiendo a millón por la emoción, Lucas recuerda el recorrido en las carreteras donde se tuvo que enfrentar al inclemente sol y a horas de cielo nublado, al flujo masivo de tractomulas, a vehículos que transitaban a alta velocidad, a resaltos viales y a daños en su bicicleta, sin embargo, pudieron más sus ganas de llegar a la meta y abrazar a su familia.
En medio de una amplia y fresca sonrisa con las huellas del sol marcando su rostro, nos contó que para el primer día de recorrido decidió prepararse unas barras de arroz con proteínas para suplir las calorías que su cuerpo perdería en esa primera etapa de 300 kilómetros, tampoco le faltó la hidratación, reconoce que se alimentò bien con buenas proteínas en los almuerzos y opíparas cenas. ( ríe a carcajadas).
La grata experiencia le sirvió para conocer parte del país, con amor de patria y el corazón henchido, destaca los hermosos paisajes que tuvo la oportunidad de disfrutar, las montañas, las extensas llanuras verdes, los amaneceres y atardeceres espectaculares, las excelentes vías del Cesar y Antioquia donde pudo encontrarse con conductores cultos que respetan a los ciclistas, quienes amablemente le abrían paso en la vía cuando se lo encontraban.
La llegada fue verdaderamente emocionante, sus padres se trasladaron al municipio de Codazzi a encontrarse con él, se fundieron en un abrazo, lloraron juntos, hubo momentos en los que quiso subirse al carro para viajar con ellos pero su recorrido debía continuarlo en bicicleta hasta Valledupar y seguido por sus padres que viajaban en el “ Lirio Rojo”, su vehículo particular, el joven se dio más ánimo para su última embalada y finalmente lo logró.
Más tranquila, luego de que su hijo cumpliera la hazaña, doña Catalina, su mamá nos contó que al principio, el proyecto le pareció una locura y se negaba a creer que su hijo estuviese pensando en hacer ese viaje. Le angustiaba lo que pudiese ocurrirle en las vías, los accidentes, la inseguridad, pero cuando se dio cuenta que lo de Lucas iba en serio, decidió encomendárselo a Dios y orar junto a su familia y sus amigos para que todo llegara a feliz término. Por eso cuando cruzaron la meta en la capital del Cesar, dio gracias al Creador mientras se mezclaban sus lágrimas con la emoción de abrazar a su hijo. Entre tanto,su papá, el fotógrafo Edgar Puerto, destaca la valentía de su hijo y lleno de orgullo, expresó que su muchacho está para grandes cosas a nivel nacional e internacional.
Lucas asegura que le gustaría seguir pedaleando hasta viejito, más que compitiendo, disfrutando de su bicicleta, “Quiero llamar la atención de las personas sedentarias, que practiquen el ciclismo, la bicicleta salva y ayuda en la vida de las personas porque da estabilidad física y emocional”, asegura este joven que no descarta su participación en carreras nacionales representando al departamento del Cesar y por qué no, llegar a las importantes carreras ciclísticas que tanto disfruta en televisión, como el Tour de Francia, el Giro de Italia o la Vuelta a España.
La travesía sirvió como una forma de prepararse para una carrera recreativa-competitiva, “ Fondo de la Leyenda Vallenata”, que tendrá lugar este domingo en la vía al municipio de Pueblo Bello, en la que Lucas pretende demostrase a sí mismo que tiene “las agallas” para “volar” y conquistar el mundo en su caballito de acero.