Con ceremonia de Imposición de Símbolos inician camino profesional nuevos enfermeros en la UPC
Un total de 44 estudiantes de último semestre del programa de Enfermería de la Universidad Popular del Cesar participaron de la ceremonia de Imposición de Símbolos, un acto solemne que cada enfermero, a punto de culminar su proceso académico y de recibir su título profesional, vive con emoción y pasión para sellar y fortalecer más su compromiso y vocación con el servicio y el cuidado de quienes más lo necesitan: los enfermos.
En el acto, que estuvo presidido por la Vicerrectora Académica, Hedilka Jiménez Ríos, y el cuerpo docente, los próximos enfermeros estuvieron acompañados por sus familiares, quienes también hacen parte fundamental de este paso que los acerca aún más al inicio de su vida laboral, en donde se enfrentarán con retos y desafíos propios de su profesión, los cuales asumen con el conocimiento, la disciplina y la mística que han recibido y consolidado en su paso por el Alma Mater.
La ceremonia de Imposición de Símbolos inició con la bendición de las manos, que es la principal herramienta de cuidado que tendrán los nuevos enfermeros para cumplir su misión de dar alivio al dolor de los enfermos. Luego, tras la bendición de los demás de los símbolos que representan todo lo que significa el arte de cuidar, las próximas enfermeras recibieron la Cofia, un tocado o gorro pequeño que hace parte del uniforme de estas profesionales de la salud; la Lámpara encendida que recibieron enfermeros y enfermeras en formación, cuyo origen se remonta a Florence Nightingale, conocida como la «Dama de la Lámpara», quien, durante la Guerra de Crimea, atendía a los enfermos en la noche con una lámpara en mano; conocida como la madre de la enfermería moderna, sentó las bases para el desarrollo de la profesión. Finalmente, recibieron la placa de identificación y la capa, cuyo significado es hacerle sentir sobre sus hombros el peso de la responsabilidad que han adquirido con la sociedad. En este último paso de la ceremonia, participaron los seres queridos de los estudiantes, quienes impusieron el símbolo como parte del proceso y sacrificios que han hecho todos para llegar casi a la culminación de sus estudios de pregrado.
“Este es un espacio muy importante para nuestros estudiantes de último semestre del Programa de Enfermería, no solo a nivel profesional, sino lo que implica en la responsabilidad social y compromiso de las competencias del profesional de la Enfermería”, dijo la Vicerrectora Académica, Hedilka Jiménez, quien además los llamó a ser luz para esa población a la que van a dedicar su vida, los pacientes que sufren dolor físico y mucha veces emocional al encontrarse en condiciones de vulnerabilidad y abandono. “Ustedes van a ser luz de esperanza, de consuelo, de amor; deben ver a ese otro, como si fuera un ser querido: un padre, una madre, un esposo, un hijo”, puntualizó la Vicerrectora.