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Luz Dary y sus cinco hijos se reencontraron después de 35 años en el Cesar

Como el mejor regalo que ha recibido, así calificaron los hijos de Luz Dary la acción humanitaria y extrajudicial adelantada por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) que les permitió, después de 35 años, reencontrarse y abrazarse con su madre en el municipio de Pailitas, en el centro del Cesar. 

La intensidad del conflicto armado en esa zona del Caribe colombiano propició que Luz Dary tuviese que salir de su natal San Alberto -un pueblo del Cesar-, distanciándola 350 kilómetros de sus cinco hijos. La noche en que dejó a sus niños en una inmensa casona ubicada en las afueras del municipio, recuerda esta mujer, la brisa se sentía pesada, el ambiente raro y las calles estaban solas tras la presencia de grupos armados no estatales.

“En 1989, en San Alberto, murió mucha gente. La comunidad se sentía amenazada, vivíamos con miedo”, rememoró Luz Dary con un tono evidente de melancolía en su voz. “Yo estaba amenazada, me dijeron que o me iba o se morían mis hijos. Salí llorando por dejar a mis cinco hijos. La mayor tenía 13 años y el menor seis meses de nacido”, con esas palabras finalizó el diálogo y fijó su mirada al piso. Un nudo en la garganta le impidió continuar. 

Esa madrugada, Luz Dary tomó lo que pudo en las manos, se montó en el primer vehículo de pasajeros que salía y partió sin rumbo fijo. Así pasaron varios días. En su alma, una carga de sentimientos se agudizaba cada vez que recordaba que había dejado a sus niños desamparados al cuidado de nadie. Su compañero de vida y padre de ellos había fallecido meses atrás en otras circunstancias, tres hermanos suyos también murieron como consecuencia del conflicto armado. Llegó a Puerto Nare, un municipio localizado en la subregión del Magdalena Medio, en el departamento de Antioquia. Cansada del largo camino, decidió quedarse ahí. En ese rinconcito paisa encontró personas que le brindaron apoyo, techo, comida y cariño.

Mientras tanto, María Elena, Pedro, Luis Eduardo, Claudia Patricia y Carlos Julio se aferraban a la vida y a la solidaridad de los vecinos para subsistir. “Fueron tiempos muy duros. A los más grandecitos nos tocaba pedir en la calle para llevar algo a la casa y cuidar a nuestros hermanos menores”, sostuvo Pedro, hijo de Luz Dary. La familia materna, conmovida por la situación, decidió separar a los niños, distribuir la responsabilidad de ellos y darles una buena crianza. Algunos se quedaron con familias de San Alberto y otros en Pailitas y Ocaña, en Norte de Santander.

Después de un tiempo, decidieron unirse para buscar a su progenitora. Acudieron a la Unidad de Búsqueda que desde el Plan Regional de Búsqueda Centro del Cesar activó la ruta que permitió dar con el paradero de la mujer. Se trata de una persona mayor de 72 años, con los signos del paso del tiempo marcados en su cuerpo y apoyada en un bastón.  

Luz Dary recibió la noticia del reencuentro con sus hijos y su corazón se llenó de emoción. Con la cita programada y envuelta en una mezcla de ansiedad y alegría, emprendió el viaje desde Puerto Nare hasta Pailitas para reunirse finalmente con ellos.

La Unidad de Búsqueda coordinó el reencuentro que tuvo lugar en el último mes. La familia Caballero Ortiz volvió a verse, abrazarse y llorar juntos. 

Luz Dary encontró que sus cinco hijos le dieron 12 nietos y nueve bisnietos, dos nueras y dos yernos. “Para nosotros es una felicidad poder encontrar a mamá con vida, porque nos llegaba información que la veían caminando desnuda en la calle y eso nos angustiaba más. Agradecemos mucho a la Unidad de Búsqueda que nos permitió reunirnos hoy con mamá”, dijo emocionada María Helena, una de sus hijas.

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