Vivir desde lo simple
Por: Patricia Berdejo
Ilustración:Allan MacDonald
Contemplar la naturaleza desde su grandilocuencia, renunciando a la simpleza con que usualmente la perciben los transeúntes de este universo infinito y frívolo se convierte en invaluable subterfugio para sobrellevar la soledad, las carencias afectivas y los desvaríos propios de los años.
La ventura de crecer sin dogmas, ritos, tradiciones ni celebraciones de fechas especiales trae consigo y sin dudas un mundo de libertades que nos emancipan de los paradigmas que de alguna manera se transforman en atávicas consignas.
El verdor de las hojas como salvia de vida, el trino de las aves como palabra revelada, plantar una semilla o el intento de devolver así sea algo ínfimo a madre natura generosa y pródiga. Estimar a lo sumo una planta en floración, la sonrisa espontánea de un niño, la compañía de un libro, la conversación fugaz con cualquier parroquiano, evadir discusiones con el insensato u observar la luna sin protagonismos de poeta, se vuelven nimiedades de inconmensurable valor en este cosmos saturado de trastos, cachivaches y enseres no siempre útiles ni indispensables en la cotidianidad.
La interacción con animales domésticos jamás presente en mi memoria infantil, no lo ví jamás en casa ni mucho menos aves en cautiverio. El tiempo me señala que mi actitud “anticanina y antifelina” (entiéndase coloquialmente) flaquea con el amor que me prodiga Matilde la lora de mi amiga Marta y las pretensiones de su gato Cosmos, el cariño que me demuestra Juno, no precisamente la diosa romana del matrimonio y la fertilidad sino la perra labrador de mi amigo Iván, quien se desborda en juegos y caricias cuando me encuentra y artífice por demás que no siga siendo susceptible a la repulsión y al pavor que me confería el celaje o el roce con estos especímenes.
A tiempo descubro que lo asequible supera la complejidad de lo que no puedo abrazar y el ligero equipaje que requiero para sostenerme en este sistema vano y fútil.
Sabiduría y gratuidad me dispensan todos estos protagonistas del día a día mientras la mente ilustrada y el corazón virtuoso se tornan en valioso acicate para transitar libre y franca por este planeta plagado de mentiras, odios y excentricidades.

