Crónicas Destinos

Pivijay, región ganadera del Magdalena y algo más

Por: Eduardo Pertuz

Todas las investigaciones sobre el origen de mi apellido Pertuz me llevaron al municipio de Pivijay, en el Departamento del Magdalena, conocido por su tradición ganadera, su Festival del bollo de yuca y sus festivales vallenatos. Para llegar hasta allí, cruzamos el río Magdalena en un ferry desde Puerto Giraldo hasta Salamina. 

Lo que ocurrió después fue una de las mayores sorpresas que he tenido en mi vida: 

Muchas veces he contado la historia del verdadero amor del Libertador Simón Bolívar: la joven francesa Anne Lenoit. Los hechos ocurrieron en diciembre de 1812, cuando ambos se conocieron en el pueblo de Punta Gorda—hoy conocido como Salamina—ella con 17 años y él con 28. Fue amor a primera vista, durante varios días, el joven oficial rebelde, la hizo suya, pero esa historia se las contaré degustando un café o un agua de guayusa.

Lo que no imaginé jamás era que, 213 años después, encontraría la casa donde ocurrió esa historia de amor. Una placa que se visualiza en la fachada confirma que Bolívar estuvo allí en diciembre de 1812, aunque no menciona a Anne. Sin embargo, basta con cruzar la puerta de esa antigua casa para sentir el calor húmedo de la pasión que aún flota en el aire… y no me refiero a los 36 grados centígrados del clima ribereño. Es ese momento en que uno piensa: aquí hubo sexo inocente y apasionado.

Ya en Pivijay, nos recibió una tambora y el calor de su gente alegre y hospitalaria. Conocimos a muchos “primos” Pertuz y comprobamos que, en este pueblo, el turismo es casi inexistente. Todo gira en torno al comercio, que abastece una extensa zona del Magdalena. Nos miraban como si fuéramos extranjeros; incluso, se rumoró que éramos parte de una petrolera por los vehículos 4×4 y nuestras caminatas vestidos como de explorador tomando fotos.

Una anécdota en particular muy chistosa: Un pivijayero me contó que su amiga, quien trabaja en un hotel famoso de Barranquilla, le solicitó hojas de vida para vacantes disponibles. Con entusiasmo, comenzó a enviárselas y al cabo de un tiempo, su amiga le pidió que dejara de hacer llegar más hojas de vida con el apellido Pertuz, pues temía que los jefes sospecharan algo raro y era que no había notado hasta entonces que casi todos los aspirantes compartían el mismo apellido. “¡Ñerda, qué vaina linda, papi!”, le respondí entre risas.

Agradecimiento especial a Richard Varela, nuestro gran guía, quien hizo que la experiencia en Pivijay fuera aún más fascinante y enriquecedora. De regreso, la aventura continuó. Rumbo hacia el norte, con destino a Barranquilla, bordeando la margen oriental del río Magdalena conocimos pueblos como Remolino y Sitio Nuevo, entre otros. Pivijay es mucho más que una región ganadera: el mejor bollo de yuca, el queso costeño más famoso, festivales vallenatos de renombre y una comunidad cálida y acogedora, sino que el tiempo lo ha transformado en un verdadero centro comercial y cultural de la región.

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